Uno de los problemas más frecuentes a los que se debe enfrentar una mujer embarazada son las temidas estrías. Este miedo no es para menos, ya que si hay algo difícil de resolver son éstas, sobre todo en el caso de que estén en su nivel más avanzado. Es por ello que resulta más fácil prevenir antes de que aparezcan que intentar eliminarlas después.
¿Qué hay que hacer para prevenir las estrías? Pues, aunque igualmente pueden terminar apareciendo, existen algunas pautas a tener en cuenta como:
– Vigilar el peso que la mujer va cogiendo durante el embarazo, puesto que a mayor número de kilos más fácil será que las estrías den de la cara. Hay que tener en cuenta que durante los nueve meses se recomienda tener como máximo 12 kilos más que antes de quedarse embarazada.
– Una dieta sana será también una buena aliada. La leche y sus derivados, el pescado, la carne, y en general las proteínas animales será de ayuda para reforzar los músculos y los tejidos. Unido a esto, no debe faltar una buena cantidad de ingesta de agua (dos litros al día), hacer ejercicio, y consumir todas las vitaminas posibles, especialmente la A, C y E.
– Por otro lado, no estará de más utilizar productos que ayuden a dar elasticidad a la piel y a tonificar los tejidos, así como otros que sirvan para evitar la retención de líquidos y la deshidratación de la piel.
Si aún habiendo mantenido todas estas precauciones las estrías terminar por aparecer, se podrá optar por utilizar otros medios profesionales, pero tan solo cuando se haya finalizado la lactancia materna. Existen dos tratamientos para esto, el Rederm (a través de microinyecciones se intentará estimular la formación de fibroblastos, que servirá para atenuar las estrías reforzando la piel), y el Peeling al ácido salicílico (con el que los bordes se harán menos visibles y se rellenará la parte de las cicatrices más interna).