La Toxoplasmosis es una enfermedad especialmente preocupante en mujeres embarazadas, que se contrae debido a un parásito que se encuentra en algunos animales, y no suele resultar demasiado problemática para personas que se encuentren en circunstancias normales (los síntomas son similares a los de la gripe). Además es algo que solo se puede contraer una vez quedando inmunizada después para siempre. El problema, sin embargo, está si se contagia de toxoplasmosis una mujer embarazada, ya que a través de la placenta se podría infectar al feto.
Es por ello que no estaría de más que la mujer, antes de quedarse embarazada (si es planeado) se haga las pruebas para saber si ya ha sufrido esta enfermedad. Para ello bastará con una simple analítica de sangre llamada Toxotest. Si da positivo, no tendrá que preocuparse más por ello, ya que como decíamos solo se pasa una vez, pero si da negativo, deberá tomar algunas precauciones.
Prevención frente a la toxoplasmosis en el embarazo
Es frecuente que la toxoplasmosis se transmita por el consumo de carne que no ha sido manipulada y tratada correctamente. La carne de cerdo y cordero y las presas de caza son las de, digamos, más riesgo, pero cualquier tipo de carne puede estar infectada, por lo que siempre debe cocinarse y manipularse de forma adecuada.
- La higiene es fundamental, por lo tanto hay que lavarse siempre las manos tanto antes, como después de haber manipulado alimentos.
- Limpia a conciencia la encimera de la cocina y todos los utensilios que hayan estado en contacto con carne, aves o marisco crudo.
- Evita el contacto de las manos con boca, nariz y ojos mientras cocinas y manipulas alimentos para evitar contaminarlos.
- No comer carne cruda, ni embutidos como el jamón serrano, o el ibérico.
- Si cocinamos la carne hemos de asegurarnos de que está bien pasada (que al cortarla no aparezca un color rosado en el interior). Es la única forma de asegurarse de eliminar la toxoplasmosis al 100%.
- La carne se puede congelar previamente durante unos días, pero eso no garantiza que eliminemos las posibilidades de infección.
- Tanto la fruta como las verduras se lavarán siempre a conciencia si se van a consumir en crudo.
- No tomar leche pasteurizada, ni huevos crudos.
- Si tienes jardín, o plantas, usa guantes para trabajar en él, y no dejes de lavar a conciencia tus manos antes de hacer otra cosa.
- Si tienes gato en casa, deberá, a ser posible otro miembro de la familia, limpiar la caja de la arena todos los días, así como evitar que salga de casa, que se ponga en contacto con otros gatos, y que coma carne cruda como pajaritos o ratones.
Síntomas de la toxoplasmosis en el embarazo
Como hemos comentado, la toxoplasmosis en el embarazo se puede contraer por el consumo de carne cruda o poco hecha, en particular de cerdo o de cordero, pero también por la ingesta de alimentos contaminados como frutas o verduras, huevo o leche pasteurizada. Otra forma de contagio es tocando restos de heces de animales infectados (por ejemplo al limpiar el cajón de arena del gato) y no lavándose después las manos cuidadosamente.
Los síntomas de la toxoplasmosis son:
- ligera hinchazón de los ganglios del cuello,
- fiebre,
- dolor de garganta,
- dolores musculares,
- cansancio.
Es posible que, incluso, la toxoplasmosis no provoque síntomas, por esto es peligrosa en el embarazo. El cerebro del feto puede verse afectado por la infección sin que siquiera sepamos que tenemos la enfermedad.
Tratamiento de la toxoplasmosis
El tratamiento de la toxoplasmosis es de base antibiótica, y cada caso ha de examinarse en detalle por el especialista.
Si la embarazada se infecta de toxoplasmosis, el riesgo de transmitírsela al feto dependerá del momento del embarazo en el que se encuentre, si está en el primer trimestre habrá un 15% de posibilidades de ello, si es en el segundo trimestre un 30% y si es en el tercero un 65%. Como se puede ver, el riesgo de contagio crece a medida que también lo hace el feto, pero por otro lado cuanto más avanzado esté el embarazo, menores serán las consecuencias para él.
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