Algo que frecuentemente preocupa a muchas de las embarazadas es la idea de que sus pechos queden caídos una vez acabe todo el proceso. En ocasiones esto es inevitable, ya que puede ser algo sencillamente hereditario, pero en otras se debe a que durante el embarazo primero y después en la lactancia, no se han utilizado medidas de soporte adecuadas.
Resulta irremediable que los pechos crezcan, y a consecuencia de esto se debilitan los tejidos y se produce un estiramiento, en cada mujer ocurre en mayor o menor proporción, pero como es algo que no se puede prever, siempre resulta recomendable tomar algunas medidas antes de que sea demasiado tarde.
Mantener hidratados los pechos es algo a tener en cuenta, para ello la higiene es primordial. Tomar duchas o baños diariamente y aplicar después una crema hidratante será algo que la mujer deberá tomar por rutina. El jabón a ser posible será hipoalergénico, evitando siempre productos que puedan resultar agresivos. En ocasiones, y sobre todo a medida que avance el embarazo, se podrá apreciar que sale calostro de los pezones, si se da este caso, se limpiará la zona con tan solo agua tibia.
El sujetador también es un elemento muy importante, se aconseja que tanto los tirantes como la parte de atrás del mismo sean anchos, la copa deberá abarcar todo el pecho (si se hace necesario se irán utilizando tallas mayores a medida que el pecho crezca), y lo mejor es olvidarse durante esta época de los sujetadores que lleven aros.
Siempre hay que pensar que los pechos serán, en los casos que así lo decida la madre, los que alimenten y den sustento al recién nacido, por tanto, es una parte del cuerpo que no se debe dejar en el olvido y que se debe cuidar.