Como es lógico, a los niños les encanta jugar con sus juguetes, y también resulta totalmente lógico que saquen todos los que alcancen y los repartan arbitrariamente por su espacio de juego. La consecuencia de esto, es una habitación que parece un campo de batalla, eso con suerte de que se limite a un dormitorio y no lo haga por toda la casa.
Recoger los juguetes es una tarea que a los más pequeños no les gusta demasiado, es por ello que hay que buscar algunos trucos para que la terminen llevando a cabo. Si se consigue que se lo tomen con un juego en sus comienzos, es muy probable, que después de un tiempo lo tomen como una rutina y no sea necesario andar detrás de ellos para que lo hagan, sino que serán ellos los que tomen la iniciativa.
En los comienzos, será indispensable que los padres le ayuden un poco, no hay nada como practicar con el ejemplo, y si ellos ven que los adultos lo hacen, será más fácil que colaboren en la tarea. Para hacer esto, es importante que los pequeños tengan a mano los sitios en dónde guardar los juguetes, por ejemplo en cajas de almacenaje que tengan algún distintivo para que puedan diferenciar en cuál de ellas se guardan unos juguetes y en cuál otros.
Pero sobre todo, la hora de guardar los juguetes debe resultarles divertida, algo que nunca falla, es jugar a ver quién es el que guarda más juguetes y de manera más rápida… y no está de más dejarlos ganar para que les resulte aún más gratificante.
Algo que hay que tener en cuenta, es saber celebrarlo cuando el niño haga esta tarea, dará igual si las primeras veces no lo hace del todo bien, pero será una forma de motivarlos para que en el futuro lo hagan sin que los padres tengan que estar detrás de ellos para ello.