Dejando atrás el primer y segundo trimestre se llega por fin a la última etapa del embarazo, probablemente la más esperada por la embarazada que está ya impaciente por poder ver al fin la cara de su bebé.
En el tercer trimestre, el feto, por regla general, tenderá a colocarse en el canal del parto, dándose la vuelta y descendiendo, por tanto, la barriga también tenderá a bajar por lo que habrá menos presión en el estómago o los pulmones, y en general todo el organismo de la mujer se pone las pilas para prepararse para el gran acontecimiento.
Pero, ¿cómo saber cuándo ha llegado ese momento? Pues un signo de que se acerca la hora es tener contracciones cada 15 minutos durante una hora seguida y que duren alrededor de 1 minuto, este sería el momento de ir al hospital, aunque será el especialista el que te diga si realmente estás de parto o no tras realizar las pruebas oportunas. Se controlará entre otras cosas, si la mujer rompe aguas, así como las contracciones del útero y los latidos del feto, ambas cosas a través de la monitorización de ambos.
En el caso de que realmente la mujer se encuentre de parto, ésta deberá pasar tres procesos. En primer lugar comenzará la dilatación, que puede durar varias horas, dependiendo de la situación de cada mujer, el objetivo aquí es conseguir que el cuello del útero esté dilatado para facilitar la salida del feto. Tras esto comenzaría la etapa de expulsión, en esta ocasión podrá durar desde unos pocos minutos hasta 1 hora, en las cuales la mujer seguirá sintiendo algunas contracciones acompañadas de unas grandes ganas por empujar. Una vez el bebé esté fuera y se le haya cortado el cordón umbilical, comienza el alumbramiento, que es el momento en el que la placenta se expulsará.
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