Ese puede ser uno de los quebraderos de los papás con niños pequeños: la comida, la introducción de nuevos sabores, hacerles probar otros alimentos, que les seduzcan las verduras… ¡Cuántos padres pierden los nervios en el intento de lograr una mesa variada en casa!
Pues debéis saber que, aunque os desaniméis, esta no es una preocupación ajena a los demás padres. Muy al contrario, la mayoría de los pequeños gourmets resultan reacios a probar nuevos sabores e integrar nuevos alimentos en su dieta. Es normal.
De hecho, una de nuestras tareas será la de educar al niño para una alimentación idónea y al igual que a los pequeños no les exigimos nacer conociendo el abecedario, tampoco podemos pretender ser los progenitores de unos “gourmets” en toda regla, lo que no quita que con paciencia y tiempo lo acabemos consiguiendo.
Y esa es la clave, paciencia y dedicación. Aprendiendo nosotros mismos algunas cosillas todo irá sobre ruedas. Por ejemplo, resulta muy alentador saber que la mayoría de los niños padece una fobia natural que se irá “encogiendo” a medida que su madurez vaya alcanzando a la escala nutricional.
Esto tiene un nombre y se llama “neofobia alimentaria” y no es otra cosa que un recuerdo de nuestra naturaleza animal y de la necesidad de disponer de una “alarma” psicológica que en otros tiempos nos previniera ante la posibilidad de probar algún alimento que pudiera envenenarnos.
Esa “alarma” estará vigente en mayor o menor medida entre los 3 y los 10 años de edad. Por lo menos resulta alentador saber que no estamos ante un problema que sólo padezca nuestro hijo y que además remitirá antes o después.
De todos modos sabemos que aún así este tema preocupa especialmente a papás y mamás de “angelitos” de todas las edades, así que dedicaremos algunos artículos a esta temática y procuraremos ofrecer algunas pautas que os despejen algunas dudas y os ayuden en la tarea de llevar nuevos sabores a casa.