No se puede responder a esta pregunta poniendo una fecha, porque a cada bebé le llega el momento de la salida de su primer diente en diferentes momentos. Puede que un niño a los cuatro meses ya tenga algún diente o puede que al año aún no hayan dado señales de su aparición. Por tanto, este hecho variará de un bebé a otro y, tanto la precocidad como el retraso, no deberían ser signos de preocupación, pudiéndose tratar en ambos casos de un factor meramente hereditario.
Una vez se tenga claro que cada niño lleva su propio ritmo, ya podemos pasar a hablar de cuáles serán esos primeros dientes de leche que le van a salir. Pues bien, por regla general serán los incisivos (primero los centrales inferiores y después los superiores) los que primeramente aparecerán, con los cuales el pequeño ya podrá comenzar a masticar y triturar los alimentos, a continuación harán su entrada los molares internos, los caninos, y por último los molares externos.
Habitualmente cuando este proceso comienza, es decir cuando los dientes comienzan a hacer su aparición, el niño podría sufrir algunos trastornos pasajeros. Una característica que muestra el niño y que es todo un signo de que le está saliendo un diente, es el abundante babeo, o su necesidad por llevarse el puño o cualquier objeto a la boca para morderlo.
No existe una solución milagrosa para aliviar ese malestar del niño, aunque se pueden utilizar algunos remedios, como por ejemplo ofrecerle un mordedor que previamente hayamos introducido en el congelador, ya que la acción de morder unida al frío puede producir un efecto calmante, esto mismo se podrá hacer con un paño limpio y húmedo que se haya introducido en el congelador durante una media hora, o también podría ayudar el hecho de frotar las encías con el dedo limpio.