Me gusta esta idea que anda, desde hace bastante tiempo, por todo el mundo y que hace poco que ha llegado a España. Por ahora está instalada únicamente en Barcelona y la gestiona la empresa Haloflot, aunque tienen la intención de franquiciarse por el resto del país.
La cueva de sal se trata, básicamente, de una recreación del microclima existente en las grutas de sal natural; con lo que se ofrece al usuario los beneficios para la salud de este importante mineral. La experiencia resulta muy atractiva para los adultos que desean un momento de relax para combatir el stress.
Sin embargo a nosotros nos interesa mucho más la terapia que llevan a cabo con niños asmáticos. Y es que la cueva ha sido integramente recubierta con sal procedente de las minas de Polonia, muy apreciada por sus propiedades curativas, que pasan al aire gracias a un acondicionamiento especial de la estancia.
Ese aire se ve enriquecido con iones y oligoelementos desprendidos de la sal que, al ser respirados, pasan al organismo para transmitir sus efectos beneficiosos. Esas propiedades se desprenden del hecho de respirar un ambiente salino y lo cierto es que 45 minutos de sesión equivalen a 3 días de brisa marina.
Los más pequeños encuentran en la sala un ambiente muy estimulante, ya que además de sentir más relajados y descongestionados sus órganos respiratorios, durante las sesiones podrán jugar con la arena de sal del suelo, ver dibujos animados o recrearse con alguna de las sesiones de cuentacuentos que organizan en Haloflot.
Existen cuevas de sal para recibir tratamientos contra el asma en países como Israel, Italia, Estados Unidos, Canadá, Grecia, Alemania, Irlanda o el Reino Unido.