Nadie en su sano juicio se atrevería a poner en duda que los libros resultan básicos en el desarrollo de la imaginación y la creatividad del niño. La lectura debe formar parte de su vida casi desde su inicio y el entorno familiar debe ser el que brinde al bebé su primer contacto con los libros.
Sin embargo muchas mamás y muchos papás se preguntan cuándo es el mejor momento para comenzar a implantar en los pequeños la semilla del lector. La respuesta es que esa semilla debe ser implantada cuanto antes, porque el lector no nace y nuestra obligación como padres será la de ayudar a nuestros hijos a “hacerse” lectores.
Es cierto que el hábito de la lectura infantil llega a cuajar entre los 5 y los 11 años, pero para ese momento nuestros niños ya deben estar familiarizados con las bondades de los libros y estos han debido convertirse en una inmensa ventana desde la que asomarse a otros mundos, a la fantasía, al conocimiento, a la curiosidad, a la diversión…
El hecho es que muchas de las fases del desarrollo infantil se van a ver reforzadas desde la experiencia lectora. Su capacidad verbal, la disposición para la concentración, incluso la inteligencia se verán fortalecidas a través de los libros.
La lectura debe estar presente constantemente en la fase infantil, tanto o más que los propios juguetes, inclusive convirtiéndose en uno de ellos y convirtiéndose en uno de los medios más completos para inculcar a los niños valores imprescindibles para el ser humano.
Fomentar pues ese hábito en los niños debe ser una tarea prioritaria en los padres, quienes deberán ejercer esta costumbre desde la fase infantil más inicial, desde bebés, con dedicación y constancia. Además, los especialistas recomiendan que durante este período también se eche mano de la disciplina y se le fije a los chicos un momento del día para leer (después de la comida, antes de merendar, tras la cena, antes de ir a dormir…), hasta que ello se convierta en una costumbre.
[…] Además, detrás de estos cuentos también existe una posible lectura pedagógica en tanto que algunos cuentos como El patito feo pueden ser excelentes para enseñar a los niños a no juzgar a las personas en base a su aspecto físico. Es decir, es importante mirar el interior y que aprendan que cada ser humano tiene algo bueno que le hace ser especial. Un mensaje que también puede ser reforzado con un cuento Disney como La Bella y la Bestia. Sin duda, es una buena idea para fomentar la lectura infantil. […]