Un problema muy común que surge en la mujer durante el embarazo es la hinchazón de tobillos, algo que aparece debido a un aumento de líquidos en su organismo. Esto igual puede parecer más preocupante a la vista de lo que realmente es, además no es un síntoma demasiado a tener en cuenta, puesto que ni es algo para preocuparse, ni tampoco resulta algo excesivamente incómodo para la mujer.
Pero el hecho ahí está, los tobillos se hinchan y por norma general siempre siguiendo unas pautas, como al final del día, cuando la mujer está demasiado tiempo de pie o sentada, o esos días en los que el calor aprieta de forma excesiva.
Conseguir que los tobillos reduzcan su tamaño a veces resulta tan sencillo como tener unos hábitos correctos, como no estar mucho tiempo de pie o sentada, elevar las piernas para que los tobillos queden a la altura del corazón cuando la mujer está viendo la televisión, leyendo, etcétera, no utilizar medias con elásticos que opriman las piernas y dificulten la circulación sino medias específicas que la favorezcan, igualmente utilizar ropa que no apriete en la zona de la barriga, usar un calzado apropiado y cómodo (si es necesario se comprarán unos nuevos algún número mayor para que no aprisionen el pie en los momentos de hinchazón), tomar durante el día mucho líquido para que resulte más fácil eliminar el exceso, o no abusar de la sal durante las comidas.
Como decíamos este hecho no debe preocupar a la embarazada, no obstante, si unido a la hinchazón de tobillos, se dieran otros síntomas como hinchazón de las manos o de la cara, o simplemente si este hecho se diera recién levantada (cosa que no sería normal después de haber descansado bien), lo mejor será consultar el estado siempre con el médico.