Uno de los detalles que más se mira tras el nacimiento de los bebés es el color de sus ojos, algo que podrá variar dependiendo de cada caso en los primeros meses de vida. Por regla general, si sus ojos son marrones, se mantendrá ese color, de lo contrario, si presenta un color gris azulado, es posible que terminen cambiando y definiéndose a otro color.
El color de los ojos que tendrá finalmente el pequeño, dependerá siempre de la herencia genética, predominando siempre el gen de los colores oscuros, de manera que si el padre los tiene negros y la madre azules, lo más probable es que él termine por tenerlos negros.
¿A qué se debe entonces que un bebé nazca con los ojos azules? Pues ni más ni menos a que la melanina no se ha manifestado o distribuido aún en el iris, de manera que estos niños no tienen aún la cantidad mínima de dicha melanina en la parte posterior del iris. Es necesario que el ojo se exponga a la luz del sol para que se comience a producir esa melanina para que el color cambie hacia ese tono con el que finalmente se va a quedar.
De cualquier forma, por tanto habrá que esperar hasta que el bebé tenga alrededor de los 6 meses para poder comprobar cuál es el color de sus ojos.
Como curiosidad, comentaremos que se utiliza el término Heterocromía cuando se da el caso, de que una persona tiene un ojo de cada color, pudiendo ser ésta completa (todo el ojo del mismo color) o parcial (cuando un mismo ojo presenta dos colores). Esa anomalía no se da habitualmente, pero existe, y puede ser congénita en el caso de que se nazca así, o adquirida debido a algún traumatismo de los pigmentos o enfermedad.