Hemos dedicado la primera parte de este post a hablar de la Quinta Enfermedad en las embarazadas, pero ya advertíamos que si bien en las gestantes la afección podía acarrear importantes consecuencias para el feto, lo cierto es que en los niños apenas si entraña complicaciones.
Recordamos que el Eritema Infeccioso es producido por el parvovirus B19. La infección también es conocida como Megaloeritema o Quinta Enfermedad, nombre derivado de la tabla que antiguamente se empleaba para clasificar los sarpullidos más comunes en los niños. En este caso, el Eritema Infeccioso ocupaba el quinto puesto.
Lo cierto es que puede aparecer a cualquier edad, sin embargo es más frecuente en los niños menores de 15 años y sobre todo en los preescolares. El parvovirus también puede atacar en cualquier época del año, sin embargo su estación favorita para propagarse parece ser la primavera.
A pesar de que casi la mayor parte de la población es inmune, por haber pasado la enfermedad, casi nadie recuerda haberlo hecho, lo que demuestra que la mayoría de las veces, el Megaloeritema cursa con síntomas leves o sin ningún síntoma. En cualquiera de los casos, parece ser que lo más común es que aparezca camuflado bajo la apariencia de un resfriado.
Los pequeños suelen presentar fiebre, dolor de cabeza y nariz congestionada o secreción nasal. A los pocos días la enfermedad parece haber desaparecido por completo. Es en ese momento cuando puede aparecer el exantema macular -una mancha rojiza en la mejilla- que da al infectado la apariencia de haber sido abofeteado.
Unos días más y la erupción se propagará hacia otras zonas del cuerpo y en ocasiones produce picor. Pero pasará en una semana, aunque es propenso a reaparecer una o dos veces más, sobre todo ante temperaturas altas, como es el caso de baños calientes, el sol o ejercicio.
Como en el caso de las embarazadas, no existe vacuna contra el parvovirus B19 y tampoco existe tratamiento contra la enfermedad. Lo mejor para prevenir el contagio es mantener hábitos higiénicos saludables, como lavar frecuentemente las manos.
En el caso de los pequeñines, podemos aliviarles algunas molestias con paracetamol (para fiebre y dolor) y sustancias como la talquistina (para reducir los picores).