14. Automasaje reparador. Si somos de las que damos mil vueltas a todos los problemas, un masaje craneal nos vendrá fenomenal. Y, además, podemos dárnoslo nosotras mismas. Ponemos las manos sobre la cabeza como si fuéramos a lavarnos el pelo y golpeamos la cabeza rítmicamente y con suavidad con las yemas de los dedos, como si entre las manos tuviésemos un tambor delicado. Lo hacemos de arriba abajo y de delante atrás, abarcando poco a poco toda la cabeza.
15. Noches cómodas. En los últimos meses es casi imposible dormir una noche del tirón. Si no hay que levantarse al baño, nos despierta un sueño extraño o los movimientos del bebé. También nos desvela pensar en lo que viene… Pero, a pesar de todo esto, la embarazada puede pasar una noche cómoda. Conviene apoyar la tripa sobre un cojín y poner otro en los muslos. También invitan al descanso los masajes en los pies con unas gotitas de aceite de lavanda. ¡Serán perfectos si nos los da nuestra pareja en casa!
16. Un baño relajante. Cuanto más espacio ocupa el bebé, más cede la piel del abdomen, y eso, a menudo, produce picores que pueden aumentar al aplicar la crema antiestrías o, simplemente, al tocarse la piel. Para aliviar el prurito intenso (también por placer, por qué no), la futura madre puede darse un baño de agua con sal marina. La sal alivia las molestias y vuelve la piel más suave. Además, se puede añadir un buen chorrito de aceite de almendras para mimar la piel. No conviene que el agua esté muy caliente y hay que tener mucho cuidado para no resbalar cuando llegue el momento de salir de la bañera.