Es muy habitual cuando los padres tienen en brazos a sus bebés más rato del estrictamente necesario, escuchar de las madres, tías, e incluso vecinas que ese hecho no es bueno, que con tenerlo cogido lo único que se conseguirá es que los pequeños se malcríen y se acostumbren a estar siempre cogidos. ¿Tiene esa teoría algo de verdad, o simplemente es una más de esas historias que desde años se vienen contando equivocadamente?
Efectivamente, según los estudios actuales, que a un niño se le tenga en brazos habitualmente no solo es algo “malo” sino algo que está altamente recomendado para que el bebé tenga un buen desarrollo psicológico. Incluso algunos especialistas van un poco más allá y aseguran que, los actos como mecerlos en los brazos, dedicarles palabras o miradas cariñosas, y cualquier otra acción que les proporcione protección o cuidado, a la larga les dará una seguridad emocional y una estimulación positiva para el crecimiento de su inteligencia.
No cogerlo cuando llora, le podrá llegar a producir estrés, y esto, si se es algo que se repite habitualmente, podría desencadenar en los populares traumas infantiles, llevándolos a tener una menor seguridad en ellos mismos.
Por tanto, se recomienda que siempre que sea posible se mantenga un contacto cercano con los pequeños, intentando que en ese contacto estén unidos los cuerpos. Es por ello que cada vez se utilizan más los portabebés, que son muy útiles para tenerlos siempre cerca. También darles masajes es algo que cada vez se hace más, ya que es una forma de facilitar su desarrollo físico y que les ayuda a relajarse, por lo que se recomienda hacerlos al menos una vez al día, especialmente por la noche después del baño para que les sea más fácil coger el sueño.
Hay que tener en cuenta que durante las primeras etapas, el bebé siempre llora por algún motivo, no por capricho, y por tanto hay que acudir siempre a su encuentro lo más rápidamente que se pueda.
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