Ir al dentista sin miedo hoy en día es posible por varias razones. Por un lado, los profesionales de la salud ya no se conforman con ser expertos en su profesión, es decir, también fomentan la inteligencia emocional que implica atender al paciente con cariño, respeto y empatía. Es decir, hoy día, los dentistas saben entender mejor que nunca a los niños, por ello, los peques pueden encontrar a grandes amigos en la consulta.
De hecho, los padres deben explicar al niño la función del dentista como la de un amigo que cuida mejor que nadie la boca de los peques para que los dientes duren toda la vida. Es decir, los niños también deben ser conscientes de las consecuencias de una falta de higiene dental: las piezas dentales se pierden, se destruyen y por tanto, en ese momento aparecen nuevos problemas. No hay mejor forma que cuidar de la boca de una forma especial mediante la prevención. Es decir, es esencial ir al dentista una media de una o dos veces al año. Por otro lado, los niños también deben cuidar todo lo que puedan sus dientes de leche.
Para motivar a los niños a ir al dentista también es esencial que vean el mismo ejemplo en sus padres. De hecho, por la noche, padres e hijos pueden cepillarse los dientes a la misma hora como si fuese un juego divertido. Del mismo modo, tras salir de la consulta del dentista nada mejor que hacer un plan diferente como ir al cine o visitar un museo para que el niño pueda desconectar del estrés que ha hecho esa tarde.
Empastar una muela no duele nada, y los peques, lo pueden comprobar por sí mismos gracias a la anestesia. Por otra parte, para cuidar los dientes es mejor no abusar del tan tentador chocolate.
Imagen: Dentista en Valencia