Son muchos padres los que ya tienen en cuenta que la música es buena para el desarrollo de los niños y que, por tanto, toman medidas para ello tras su nacimiento, pero no habrá que esperar a que nazcan para comenzar a compartir la música con ellos (al parecer desde la semana 20 de gestación el feto ya puede oír), sino que se podrá hacer mientras están dentro de la madre, ya que pueden escuchar lo ocurre fuera. No necesariamente en esos momentos habrá que utilizar un reproductor de música, ya que, igualmente bueno será que le mamá cante o le hable.
Tras el parto, y para niños con edades comprendidas entre los 0 y los 4 años, será realmente beneficioso que escuchen música (sin dejar atrás lo que ya decíamos anteriormente, el hecho de hablarles mucho), ya que se conseguirá así una evolución, tanto intelectual como emocional, más satisfactoria.
Por supuesto hay que saber elegir la música que los bebés van a escuchar, puesto que, como es lógico, no será lo mismo si está tranquilo a si está nervioso. En el caso de que esté tranquilo se podrá optar por música más movidita, y en caso contrario, la elección para que se relajen será la música clásica, como por ejemplo de Mozart, Beethoven, Bach, o Chopin.
A medida que los pequeños van creciendo, se recomienda animarlos a que canten con los papás. Para ello es importante que las canciones elegidas llamen su atención, por lo que siempre serán mejores aquellas que son fáciles, que tienen estribillos repetitivos, y las que además dan pie a que el niño pueda hacer su propia “interpretación” con gestos. Todos estos factores, harán que la canción les resulte de lo más divertida y sean incapaces de resistirse a cantar en familia.