Ya sé, ya sé, ya sé… queremos que los niños coman sano y dejen de ingerir porquerías. En eso no creo que exista una sola mamá o un solo papá que se muestre en desacuerdo. ¡Pero, son niños! Alguna vez tendremos que darles un gustazo, vamos digo yo.
¿Os acordáis cuando éramos pequeñines? Pues claro que nos “pimplaban” los caramelos, los algodones, el regaliza, los chupa-chups, el chocolate, las nubes, las gominolas… Ahora somos padres y no queremos que nuestros hijos malgasten sus apetitos en un montón de aditivos que no les aporta nada bueno.
No obstante todos somos conscientes de que existen situaciones en las que un niño debe disfrutar con este tipo de cosas y que no podemos eliminarlas todas. En esos momentos estamos dispuestos a hacer una excepción… ¡y qué caritas, cómo disfrutan!
¿Y si os digo que podemos fabricar algunas chuches en casa? Sí, por lo menos estaremos seguros de qué llevan entre sus ingredientes y, desde luego, nosotros no vamos a añadirles nada que pueda dañar a nuestras criaturitas. Al contrario.
Bien, en ese caso os dejo la receta de las Gominolas Caseras. Salen buenísimas, las opciones son infinitas, al igual queel colorido y los sabores y podemos controlar la cantidad de azúcares y empujarles a comer frutas. Seguro que tú también picas.
Ingredientes:
- 250 gramos de puré de frutas
- 200 gramos de agua
- Entre 100 y 200 gramos de azúcar (a elección)
- 8 gramos de gelatina en polvo (agar, cola de pescado…)
Elaboración:
Hervimos el agua y echamos el polvo de gelatina. Dejamos hervir un par de minutos más, sin parar de remover.
En un envase aparte mezclamos el azúcar con el puré de frutas (de fresas, de melocotones, de peras, multifrutas… vale también un zumito de naranja o melón o piña… Será el sabor que darás a tus gominolas caseras)
Quitamos la gelatina del fuego y le añadimos el puré con el azúcar. Movemos un poco y volvemos a poner a calentar, removiendo constantemente durante otro par de minutos. Vamos a verter el resultado sobre uno o varios moldes y los dejamos enfriar a temperatura ambiente, hasta que cuajen. Estará listo en poco más de una hora. Si vas a dejarlo más de una noche reposando, entonces usa el refrigerador.
Podéis rebozarlas en azúcar y, en ese caso, será mejor hacerlo antes de consumirlas para que no se humedezca. ¡Y… ñam!