Los vehículos de dos ruedas han sido siempre uno de los juguetes favoritos de los niños pero ahora, con el Bobby-Car de BIG, las mejores carreras se hacen en coche.
El Bobby-Car es mucho más que un juguete, es un bólido que ayuda al desarrollo del niño, velando siempre por su seguridad. Tanto el modelo clásico, con un simpático diseño y un llamativo color rojo; como el modelo Hello Kitty, con el que las niñas más atrevidas lucirán muy coquetas al volante, serán perfectos para nuestros hijos.
Cualquier Bobby-Car es ideal para acompañar al niño en sus juegos, mientras crece, desde el año hasta los seis años aproximadamente. Además, ayudan en el desarrollo de los niños.
El desarrollo físico de los niños se ve favorecido por la adaptabilidad del diseño de los juguetes de BIG. Escalando, deslizándose, columpiándose o balanceándose, los productos de BIG fomentan el desarrollo de su función motriz, el sentido del equilibrio y su imaginación.
Concretamente el Bobby Car incluso está recomendado por expertos. Jürgen Krämer, profesor de ortopedia, afirma que ‘la posición de las piernas cuando los niños conducen el BIG Bobby-Car es buena para el desarrollo correcto de las caderas’ e incluso estaría recomendado su uso tras sufrir una luxación de cadera.
Esto se consigue gracias a la ergonomía del sillín del Bobby Car, con su óptima altura pie – suelo. Además de poder conducir el vehículo sentados, los niños también podrán ir apoyados en una rodilla, gracias al hueco así previsto, y conducir el Bobby-Car como si de un monopatín se tratara.
Materiales de alta calidad y capaces de soportar grandes pesos, medidas de reciclado y ahorro de energía, y la más importante de todas, la seguridad de los niños, son las principales exigencias de BIG para construir sus productos. De hecho, todos los productos de BIG cuentan con la certificación más exigente, aprobada por LGA/TÜV Rheiland Group, que aporta todas las garantías de seguridad y durabilidad del producto.
Imagen: BIG