La Canastilla: la maleta de mamá

Las necesidades varían entre un hospital privado y uno público, e incluso según cada maternidad en particular. De cualquier forma, hay ciertas cosas con las que conviene contar y que a veces no se tienen en cuenta, como una libreta y un bolígrafo para escribir los sentimientos que afloran en estos momentos irrepetibles y las anécdotas del recién nacido, que pasados unos días pueden olvidarse. Si se nos olvida algo, un familiar nos puede acercar alguna cosa al hospital.

Para el parto las matronas aconsejan no olvidarnos de unos calcetines (los pies pueden enfriarse en la sala de dilatación), vaselina para los labios (se suelen resecar con facilidad), chicles (por si se queda la boca seca y no se aconseja beber) y un abanico para combatir el calor. El padre puede llevar todo en una bolsa pequeña para dárselo a la mujer según lo vaya necesitando.

Para la estancia en el hospital necesitará el equipo básico (parto vaginal), que de incluir lo siguiente:

Maternidades públicas. Suelen facilitar todo lo imprescindible: desde el camisón hasta las compresas. Solo hay que llevar una bata, zapatillas, dos sujetadores y la bolsa de aseo. Si la mujer prefiere usar camisón, debe preguntar si está permitido, ya que normalmente se exige llevar la ropa del centro. Lo mismo ocurre con las braguitas.

Clínicas privadas. Habrá que llevar 2 camisones con apertura por delante, para amamantar al bebé con facilidad, 2 sujetadores de lactancia, bata y zapatillas. 12 braguitas desechables (de venta en farmacias). También se pueden llevar de algodón, pero, como tras el parto el sangrado es abundante, son preferibles las de usar y tirar, porque la ropa interior se mancha y hay que mudarla a menudo para evitar infecciones. Compresas de algodón (conviene preguntar si la clínica las facilita). Discos protectores de lactancia, productos de aseo y secador.

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