Si sospechas que tu hijo puede padecer alguna alergia, acude inmediatamente al médico para que detecte qué tipo de alergia es. Una vez diagnosticada, el profesional médico te indicará el tratamiento más adecuado para el niño, pero tú también puedes ayudarle, para que lo lleve lo mejor posible.
Estornudos, ojos irritados, picor de nariz y garganta, fatiga respiratoria… son algunos de los síntomas típicos de la alergia al polen, a la que los especialistas ya consideran la “epidemia no infecciosa del siglo XXI“. Sin embargo, según el tipo de alergia y la cantidad de alérgenos a los que se exponga el niño se pueden dar otros más graves, como el asma alérgico, o incluso llegar a un shock anafiláctico (una reacción severa que puede poner en peligro la vida).
La alergia, por lo tanto, influye en la vida del pequeño, e incluso en su rendimiento escolar, reduciendo su concentración. Por eso, es muy importante intentar tenerla controlada y minimizar sus efectos al máximo.
Además de que tu hijo pueda estar tomando medicación o se haya vacunado frente a la alergia, tu le puedes ayudar a minimizar los efectos de esta a través de ciertas medidas:
- En el hogar utiliza aparatos que purifiquen el ambiente, con filtros especiales para retener las partículas y evitar que el polen permanezca dentro de la vivienda.
- Aprovecha para ventilar la casa en los momentos del día en los que la polinización es menos intensa, preferiblemente al caer el sol.
- Lava y pela bien las frutas y verduras, para eliminar las posibles partículas de polen que puedan quedar en sus superficies.
- Intenta no llevar el niño a parques, jardines o zonas de abundante vegetación. El césped es un elemento que puede crearle especial reacción, por lo tanto evita cortar el césped y procura que él no lo toque.
- En trayectos en coche, lleva siempre las ventanillas del vehículo cerradas. Incluso puedes instalar un filtro para pólenes en el aire acondicionado.
- Pon gafas de sol al niño y, en casos más complicados, proporciónale una mascarilla.
- Infórmate de los niveles de polinización de tu ciudad y evita que salga a la calle cuando sean más altos. Recuerda que los días secos y calurosos (y con viento), sobre todo si vienen tras la lluvia, serán los que tengan más concentración de pólenes en el aire.
Aunque pueda parecer lo contrario, los niveles de alérgenos son más elevados en las ciudades que en los pueblos, ya que la contaminación contribuye a elevar las concentraciones de polen en el aire.
Imagen: healthinfotimes