El tratamiento de la apendicitis es quirúrgico, pero se trata de una urgencia relativa. Una vez que sabemos que nuestro hijo tiene una apendicitis, lo fundamental es hidratarlo por vía intravenosa, y administrarle antibióticos para tratar de disminuir las complicaciones.
Cuando el pequeño está estabilizado, el cirujano pediátrico y el anestesista, indicarán el momento oportuno de realizar, bajo anestesia general, la extirpación del apéndice, conocida como apendicectomía.
La apendicectomía se realiza mediante una incisión en la fosa iliaca derecha, sacando fuera del abdomen la región ileocecal, visualizando el apéndice inflamado, y extirpándolo. Además, se realizará limpieza de la zona, con lavados de suero fisiológico, si existiese pus libre. Pero también existe la opción de realizar la operación por vía laparoscópica (introduciendo una cámara por el ombligo y operando a través de pequeñas incisiones para lograr la menor invasión posible), que en algunos casos, puede ser menos incómoda para el niño.
El resultado de la pendicectomía suele ser muy bueno, especialmente si no ha existido peritonitis, ya que así el tiempo de recuperación es muy rápido. Los niños con apendicitis aguda simple, pueden volver a casa a las 48-72 horas.
Actualmente el tratamiento del plastrón apendicular (masa inflamatoria) es controvertido, ya que si hasta ahora se indicaba tratamiento quirúrgico, se ha observado, que el tratamiento conservador con antibióticos intravenosos, cura completamente el cuadro clínico, y puede aplazarse la cirugía, hasta después de un mes.
Transcurridos unos días en los que el niño se recupera de la fase aguda, comienza un periodo de recuperación que será más o menos rápido dependiendo de cada niño; los más pequeños suelen recuperarse antes que los mayores.
El niño deberá hacer reposo moderado y la actividad física deportiva estará limitada en los primeros días, pero se irá normalizando a lo largo de las dos primeras semanas.
La herida que deja la intervención no requiere cuidados especiales, pero siempre seguiremos las indicaciones médicas.
La apendicitis aguda puede provocar algunas complicaciones leves, como el retraso en tolerar la alimentación por parálisis intestinal, la fiebre o la infección de la herida operatoria.
Otras veces pueden darse complicaciones mayores, más frecuentes en las apendicitis que llamamos complicadas, en las que existía perforación o peritonitis. Estas incluyen la formación de un absceso intrabdominal, parálisis intestinal prolongada y las adherencias o bridas intestinales debidas a que las asas de intestino se pegan entre ellas. Otras complicaciones como la fístula estercorácea (fístula intestinal externa) y la tiflitis (proceso inflamatorio del ciego) son muy frecuentes actualmente.
Imagen: plmfarmacias