La escasez económica, las exigencias laborales o no tener pareja estable son algunas de las causas por las que las mujeres españolas cada vez retrasan más el momento de ser madres, lo que supone, a su vez, un descenso notable en las tasas de natalidad y un aumento en la edad para concebir (la edad media se sitúa en los 32 años). Los hábitos de vida actuales hacen que la edad en la que la mujer quiere quedarse embarazada, no coincida con la edad óptima en que su cuerpo está preparado para ello, encontrándose con una menor capacidad reproductiva en el momento que surge ese deseo gestacional.
Conocedores de este problema, los grandes laboratorios han comenzado hace unos años a investigar sobre nuevas técnicas que permitan a la mujer ser madre en el momento adecuado, sin sufrir una reducción de su fertilidad. Así nace la vitrificación de ovocitos, una posibilidad de la ciencia que congela los óvulos de la mujer cuando están en su momento más óptimo y permiten implantarlos y lograr el embarazo cuando la mujer considere que es el momento oportuno.
Esta técnica se basa en la congelación, casi instantánea y a muy bajas temperaturas, de los ovocitos femeninos, en el momento en que éstos son más numerosos y de mejor calidad, y los conserva en perfecto estado sin alterar su calidad. Esto permitiría tener hijos a edades más avanzadas, y con menores riesgos de alteraciones en los cromosomas (como el síndrome de Down), que están asociados directamente a la edad avanzada.
Por eso, en los últimos años, la vitrificación de ovocitos es una de las técnicas con más auge en el ámbito científico y que más popularidad ha cosechado; y aunque esté operativa y disponible en centros de producción asistida, se sigue investigando para mejorar aún más los resultados, ya que no está exenta de fallos y hasta el momento no deja de ser una opción de reciente incorporación (sólo cuenta con cinco años de vida).
Imagen: igf
Conservar la fertilidad gracias a la vitrificación de ovocitos II