El hecho de ponerle un cierto nombre al bebé depende más de la práctica que de la teoría. Por ello, la demanda social ha cambiado un poco las normas, flexibilizándolas, y la legislación se ha ido adaptando, siendo lo que es hoy: una ley apenas restrictiva.
Gracias a ella, hoy en día se pueden usar determinados nombres que tienen mucha tradición en ciertas comunidades autónomas, como es el caso de la valenciana con nombres como Pepe y Chimo. A día de hoy se permiten los nombres hipocorísticos (los nombres en diminutivo, en forma abreviada o infantil, que se usan como designación cariñosa, familiar o eufemística) como Pepe, Charo, Lola, Chelo, Goya, Nacho, Asun, Dani, Anita, Quini, etcétera.
Actualmente, también se aceptan como nombres propios los extranjeros que “no tengan equivalente onomástico usual en las lenguas españolas; los de personajes históricos, mitológicos, legendarios o artísticos que pertenezcan al acervo cultural universal o al de determinada nacionalidad o región española, así como los geográficos que en sí mismos sean apropiados para designar personas”. En definitiva, estaría permitido cualquier nombre, incluso uno inventado, mientras que no incumpla las normas del artículo 54 ya citado.
Si tu pareja y tú no os ponéis de acuerdo, si estáis hartos de que todo el mundo opine y estáis llenos de dudas… que elija el bebé. Poned los papelitos con vuestras opciones en una pequeña bolsa y meted la manita del recién nacido en ella, para que coja uno. Cuando crezca le podréis explicar que la “decisión” fue suya.
Imagen: photosbysri
El nombre de tu bebé ¿Vale todo? I – El nombre de tu bebé ¿Vale todo? III