La Nochevieja es una cita con la magia y con la ilusión, sin embargo, está claro que cada persona vive esta fecha a su modo. De este modo, aquellos padres que tienen un bebé en casa tienen que adaptar sus horarios a los del niño en relación con la hora de toma y también, del descanso. Por supuesto, también hay que controlar el ruido en casa para propiciar el descanso adecuado del niño durante toda la noche.
En caso de que el niño ya tenga unos años, entonces, puede quedarse hasta la hora de las campanadas en caso de que aguante despierto sin ningún problema. De este modo, también comienza a conocer las tradiciones y las costumbres de su tierra. En caso de que no le gusten las uvas, entonces, puede tomar aceitunas u cacahuetes. Es decir, se pueden cambiar doce piezas de uvas por doce de otro producto diferente.
Durante la cena de Nochevieja es mejor optar por poner al niño un menú infantil que disfrutará mucho más en base a sus gustos y a sus preferencias. Para ir a dormir, además, y descansar mejor es preferible no tener el estómago demasiado lleno y haber hecho la digestión después del atracón propio de estas fechas. Conforme va pasando la Navidad se acumula más la sensación de saturación. Por ello, conviene ir adaptando los horarios del niño, poco a poco, a los del calendario escolar a partir de la última semana de vacaciones. Para que noten el cambio lo menos posible.
Por otra parte, es bueno favorecer los tipos de conversaciones que puedan interesar de verdad al niño en Navidad. De lo contrario, puede aburrirse en medio de una cena de adultos. Un tema que encanta a los peques es hablar de los regalos de los Reyes Magos.
Imagen: Netambulo
[…] por la noche, muchas familias tomaron las uvas al compás de las doce campanadas. Opciones a la hora de elegir compañía había varias: Anne […]