Sin duda, conviene tener en cuenta que la anorexia es una enfermedad que puede afectar de una o de otra forma en diferentes etapas de la vida. Afecta, especialmente, a las féminas. Pero conviene tener mucha atención a la hora de poder observar cualquier señal de alarma en una mujer embarazada. En esencia, la anorexia está representada por una distorsión de la imagen corporal y también, por una evidente pérdida de peso.
El peligro de esta enfermedad durante el embarazo es extremo, sencillamente, porque a lo largo del proceso de gestación, la futura mamá tiene que cuidar su alimentación más que nunca. Uno de los síntomas de anorexia es la falta de menstruación (amenorrea). Por otra parte, conviene precisar que algunas mujeres embarazadas enfermas de anorexia puede que haya desarrollado la fase inicial de la enfermedad, antes.
Sin embargo, el embarazo dispara los síntomas porque la mayor angustia de la persona es engordar. Y está claro que a lo largo de los nueve meses se aumenta de peso de una forma inevitable. En este caso, se pone en juego no sólo la salud de la madre sino también, la del niño. Otro comportamiento que puede darse es el de una mujer que a pesar de estar enferma, recupera ciertos hábitos de normalidad durante el embarazo. Para dar marcha atrás una vez que el bebé ya ha nacido.
En ese caso, se dificulta la lactancia materna. Sin duda, ante un caso de enfermedad se debe pedir ayuda al persona médico para poder actuar de la mejor forma posible. Además, el entorno más cercano debe convertirse en un apoyo de ayuda fundamental para la persona enferma. La anorexia se puede superar.
Imagen: Entre Padres
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