Cualquier forma de hacer arte, ya sea por ejemplo a través de la pintura o de modelar arcilla, resultará realmente gratificante para los niños, más por el mero de hecho de estar haciendo esas cosas que pasan por su cabeza que por cómo queden los resultados.
El arte les permitirá expresarse y dar rienda suelta a su imaginación, pero existen muchas otras razones por las que resulta muy interesante darles los medios necesarios para que realicen sus grandes obras. Según estudios realizados, parece ser que estos “niños artistas” consiguen a la larga leer con mayor fluidez y obtienen mejores calificaciones en el colegio en algunas materias como matemáticas o ciencias.
Otros detalles a tener cuenta son: estos niños tienen una mayor autoestima, tienen una mayor capacidad de concentración, estimulan la percepción de las cosas, aumenta su coordinación entre lo que ven con sus ojos y lo que desean hacer con sus manos, aprenden a resolver los posibles problemas que le vayan surgiendo (y esto les servirá para aplicarlo a otros temas de su día a día), y por supuesto, los amantes del arte dirían que “les servirá para nutrir su alma”.
Como decíamos cualquier forma de arte es válida, dará igual que el niño opte por la pintura, la escultura, el modelado, o que su elección sea la música o la danza, tan solo habrá que darles la oportunidad de elegir aquella forma con la que ellos se sientan más a gusto y motivarlos a seguir, aunque al principio se topen con dificultades. Y es que (y esto es aplicable para prácticamente todo lo que concierne a los niños) el apoyo de los padres jugará un papel muy importante, así como el hecho de que se involucren en la actividad que hayan decidido desarrollar.