Apenas queda un mes para que el bebé cumpla los dos años y su evolución en el último año ha sido realmente impresionante. A esta edad, ya habrá sido capaz de hacer cosas que han dejado con la boca abierta a los papás, pero aún les queda por aprender y seguirán siendo dependientes de ellos durante mucho tiempo más, por lo que seguirán necesitando de su atención, de su cariño, y por supuesto también de su paciencia.
A los 23 meses, el niño ya será todo un parlanchín, y, pese a que siguen utilizando sus propias palabras en determinadas ocasionas, será capaz de hacerse entender hablando, ya que su capacidad para hablar se ha desarrollado enormemente (siempre habrá que niños que a esta edad hablen más y mejor que otros, pero esto no deberá preocupar a los padres ya que cada uno sigue su propio ritmo de desarrollo). Por otro lado, algo que empezarán a hacer, si no lo han hecho ya, será cantar o tararear canciones, una actividad perfecta para practicarla en familia, especialmente si la canción invita además a hacer gestos y posturas.
Respecto a la motricidad, el sentido del equilibrio lo siguen perfeccionando y a esta edad ya será capaz de dar patadas a una pelota, mantenerse sobre un solo pie, subirse a una silla y sentarse, etcétera.
A los niños, como es lógico, les encanta jugar, pero especialmente les gustará si los padres lo hacen con él (incluso en la mayoría de las ocasiones preferirán hacerlo con los padres que con otros niños), de manera que será habitual que cada vez que deseen cambiar juego, inviten a los padres a que jueguen con él en el siguiente.