Como su propio nombre ya indica, los embarazos de riesgo son aquellos en los que por una causa u otra existe riesgo, para la madre o el bebé, de enfermedad o muerte durante el parto o tras él.
Los continuos seguimientos que se realizan durante el embarazo, ayudará a saber si existe algún tipo de problema y a poner las medidas necesarias para evitar los posibles problemas que se puedan ocasionar. Si el embarazo es considerado de riesgo por el médico, antes de nada hay que guardar la calma, lo importante es saberlo para poder actuar a tiempo. A estas mujeres a las que se les diagnostica un embarazo de riesgo se las mantendrá más vigiladas y se les informará de las medidas que deberán tomar para que el embarazo llegue a su fin satisfactoriamente.
Como es lógico, cada uno de estos embarazos será diferente y se tratará por tanto también de diferente forma, todo dependerá del problema de cada mujer o de su grado.
La edad de la mujer puede influir notablemente a la hora de que se produzca un embarazo de riesgo, existiendo una mayor probabilidad en aquellas de menos de 17 años y en las mayores de 35 años. Otros factores probables pueden ser: un embarazo múltiple, mujeres que haya sufrido abortos anteriormente, casos de trastornos hereditarios en la familia de los padres, sufrimiento fetal, o que el feto no crezca adecuadamente.
Pero no solamente pueden surgir los problemas en las primeras etapas de la gestación, también es posible que una mujer cuyo embarazo se está desarrollado con normalidad, cambie de situación y aumenten las posibilidades de riesgo, como por ejemplo en aquellas que se han visto expuestas a radiaciones, a algún tipo de infección, o algún fármaco.