Independiente de la mascota que elijamos para vivir en casa, hay que tener presente que aunque aporta muchos beneficios como potenciar el sentido de la responsabilidad de los pequeños, también puede ocasionar “problemas”, por lo que hay que tener presentes siempre ciertas medidas, como es la higiene o la buena alimentación del animal. Los animales pueden contagiar enfermedades si no están bien cuidados, siendo los niños al estar más en contacto con ellos, los que sufrirían las consecuencias. Sobra decir que algo que nunca habrá que olvidar son las visitas al veterinario periódicamente.
Por tanto hay que prevenir, y no nos cansaremos de decir que hay que educar previamente a los niños, y hacerles comprender que son seres vivos y no peluches. Las mordeduras de animales hacia los niños ocurren normalmente cuando están jugando por sentirse agobiados o porque el animal está excesivamente excitado, de manera que siempre habrá que tener cuidado, aunque la mascota no presente signos de ser violento.
En el caso de los perros, algunos especialistas desaconsejan algunas razas como los Bull Terrier, los Dobermann, o los Pit Bull, no solo por la imagen que la sociedad tiene de ser los posiblemente más “agresivos” (cosa que algunos pondrán en duda), sino porque son razas fuertes e incluso sin pretenderlo pueden hacer daño a los niños, voltear la cuna, o tirarlos al suelo simplemente cuando pasan corriendo por su lado. Hay algunas razas de perros que están más recomendadas que otras para los niños, lo bueno de un animal de raza es que se ha estudiado ya su carácter y se sabe, aunque no siempre ocurre así, cómo suelen reaccionar teniendo en cuenta factores como si son más tranquilos, si tienen más paciencia, si son cariñosos, juguetones, etcétera. Entre las razas que los veterinarios más recomiendan están el Labrador, el Collie, el Golden Retriever, o el Beagle… y por otro lado, siempre queda la opción de adoptar un mestizo, lo cual enseñará a los niños una bonita lección.