Las mascotas preferidas por los niños son el perro y el gato, pero no siempre es posible tenerlos bien cuidados ya sea por falta de espacio o bien por no tener tiempo para atenderlos correctamente.
Las opciones para suplir a estas dos grandes mascotas, serán aquellas otras que puedan permanecer en jaulas o en peceras, que aunque también necesitan cuidados, siempre son más fáciles, ya que bastará con mantener su hábitat limpio y darles de comer.
El hámster, después de los perros y gatos, suele ser el preferido de los niños, aunque por muy graciosos que parezcan a primera vista, habrá que tener cuidado con ellos al principio cuando los niños van a cogerlo, ya que es probable que muerdan (después de un tiempo, y cuando ya se les ha acostumbrado a ello, no suelen volver a hacerlo). Así pues, antes de que el niño se lance decidió a meter la mano en la jaula para agarrar a su mascota, no está más mantenerlo avisado de lo que puede ocurrir (sin meterle miedo, ya que en el peor de los casos lo único que se llevarán es eso un pequeño mordisco de dientes diminutos). Lo mejor es que los primeros días sean los padres lo que hagan esta operación, y después, cuando se le tiene agarrado fuera de la jaula, pasar al animal de sus manos a la de los pequeños.
Estos animalitos, una vez se han acostumbrado a que lo cojan y lo suelten, son cariñosos y simpáticos, y se adaptan bien a los cambios… será cuestión de pocos días, en que estas mascotas lleguen incluso a quedarse dormidas entre las manos de los niños, como es lógico, siempre que se encuentren cómodos y no estén agobiados.
Cuando se elige a esta mascota, hay que hacerles comprender a los niños que no pueden estar constantemente “molestando” al animalito, y explicarles que ellos también necesitan sus ratos de tranquilidad.
Los hámsters no necesitan muchos cuidados, con mantener la jaula limpia, alejarlos de las corrientes de aire, y ponerles comida y agua bastará, por lo que resultan una opción perfecta de mascota.