Hemos revisado algunas de las mascotas que tienen más aceptación entre los niños, sin embargo, como ya decíamos, las elegidas mayormente son el perro y el gato. El hecho de que estos estén sueltos por la casa, que llamen la atención para que se les hagan mimos, y sobre todo, que se les pueda acariciar y coger a su antojo, son características que llaman especialmente la atención de los más pequeños.
En el caso del perro, hay que tener presente muchos factores antes de llevar al animal a casa. Es por todos ya sabido que necesitan muchas atenciones, hay que sacarlos a pasear dos o tres veces al día, necesitan hacer ejercicio, llevarlos asiduamente al veterinario para realizar las correspondientes desparasitaciones y vacunaciones, bañarlos, cepillarlos, y ofrecerles las atenciones que necesita.
Una vez la familia tenga organizadas y repartidas las tareas (en las cuales se deberá incluir al niño) surge otra cuestión, ¿comprar el perro en una tienda de animales o ir a adoptar a una perrera?
Al adquirir un perro de raza sabremos de antemano (o al menos de forma aproximada) cómo será el carácter del animal, y la familia tendrá la opción de informarse antes de cuál es la más adecuada para cada situación. Elegir un perro que sea paciente con los niños será algo a tener muy en cuenta.
Por otro lado, adoptar un perro de un centro de acogida de animales, protectoras, etcétera, conseguirá que la familia sienta que ha realizado una bonita labor. Siempre se puede consultar a sus cuidadores por el carácter que tiene el animal y averiguar si cumple con los requisitos que la familia pide. A veces, resulta más interesante adoptar un perro que ya ha pasado su etapa de cachorro, ya que en muchas ocasiones, al ser perros que ya han vivido anteriormente en casas, saben, por ejemplo, que tienen que salir a la calle para hacer sus necesidades y que no se deben morder los muebles de la casa. Además, los cachorros son mucho más inquietos que un perro adulto.