En estos días, que nos está volviendo a nevar y llover, las estaciones de esquí son uno de los destinos favoritos de muchas familias. Pero es frecuente que en la primera jornada de un niño iniciándose en la práctica de este deporte haya resbalones, caídas o colisiones con otros esquiadores, debido a la falta de técnica, la imprudencia, el exceso de confianza o simplemente a la fatiga. Por regla general, la mayoría de las veces no hay consecuencias graves y, una vez repuesto del susto, el niño se levanta y continúa en su intenso esquiar. Sin embargo, en ciertos casos se pueden producir algunos problemas. ¿Qué hacer entonces?
Dolores. Si se producen caídas, resbalones o colisiones puede suceder que el niño se queje de dolor al menor movimiento en alguna extremidad o parte corporal, que le moleste o impida continuar esquiando.
¿Cómo actuar? Es preferible trasladarle al Centro de Urgencias correspondiente donde un facultativo de guardia (traumatólogo) llevará a cabo la exploración pertinente para determinar la existencia de una posible lesión y proceder a su tratamiento.
Hemorragia nasal. En ocasiones, durante la práctica del esquí, el niño recibe un golpe en la cara al haber colisionado con otros esquiadores y presenta una hemorragia nasal.
¿Cómo actuar? En el mismo lugar del accidente hay que presionar las fosas nasales con los dedos (unos 10 minutos) hasta que el niño deje de sangrar por la nariz procediendo posteriormente, si se considera necesario, a efectuar su traslado al centro de Urgencias, para llevar a cabo la cura definitiva.
Fractura de muñeca. Si el pequeño se apoya en el suelo con una mano, para así amortiguar la caída, puede dar lugar a una fractura de muñeca (fractura de Colles) o de algún dedo de la mano.
¿Cómo actuar? Es preciso colocar el brazo lesionado en un cabestrillo improvisado (teniendo en cuenta que la mano quede situada más alta que el codo) y pedir la ayuda adecuada para su traslado inmediato al Centro de Urgencias, donde se le practicará una radiografía para determinar la existencia o no de una fractura y proceder a la reducción de la misma.
Rotación de la pierna. Esto se puede producir al quedar el esquí clavado, con la consiguiente caída. Puede dar lugar a lesiones en la rodilla y hasta una fractura de la extremidad inferior (principalmente de la tibia).
¿Cómo actuar? Es conveniente no mover al niño, adoptar la posición más oportuna y pedir ayuda rápidamente.
Imagen: skiamericaonline