Las necesidades de los bebés son muchas y hay que prestar atención a todas ellas sin dejar de lado ningún plano, por lo que habrá que potenciar el desarrollo físico, emocional e intelectual para cubrir todos los ámbitos.
A partir del cuarto mes el bebé comenzará a realizar acciones con la clara idea de conseguir un resultado, es decir, ya esta edad el pequeño se marcará un objetivo e intentará llevarlo a cabo, por ejemplo, emitir sonidos. Esto, que parece tan poca cosa, para ellos es todo un reto, por lo que habrá que animarlos a que lo hagan y felicitarles efusivamente cuando lo consigan. La base del aprendizaje es el lengua, de manera que los padres para potenciar su desarrollo pueden comenzar por ahí con un simple ejercicio: ellos dirán una palabra muy sencilla, esperarán que el bebé la repita (no hay que esperar que lo hagan bien), y a continuación los padres volverán a decirla (en este caso la repetirán nuevamente de forma correcta).
Al principio los resultados pueden llevar a que los padres dejen de intentarlo, bien porque el bebé parece no inmutarse, o bien porque prefiere mirar para otro lado y hacer otras cosas. No hay que rendirse ni tirar la toalla, porque aunque parezca que el pequeño no presta atención, el ejercicio sí le va a servir, y el bebé sí está asimilando toda esa afirmación… obviamente esto, como cualquier otra cosa, lo hará a su propio ritmo, y no hay que forzarlo a que lo haga antes de tiempo ya que de esa forma no se conseguirá nada.
No nos cansaremos de decir que es importantísimo tener en cuenta que hay que estimular a los bebés, y se debe hacer de forma afectiva para no limitar ni frenar su desarrollo intelectual.
Foto obtenida de: www.testedbybabies.com.