Con un vaso. Se utiliza habitualmente para alimentar a bebés prematuros. Se lleva a cabo situando el vaso (que puede ser de plástico) en la parte superior del labio del bebé, y no en la comisura inferior como hacemos los adultos. Hay que ir muy poco a poco y dejar que él lama la leche. Por eso es un método que requiere paciencia y templanza, porque se suele derramar. No hay que verter nunca la leche en la boca del niño, pues podría atragantarse. Se adecua muy bien a bebés pequeños o a bebés de más de seis meses que ya tienen un buen control corporal.
Mediante un vaso de inicio. Este tipo de vasos tiene un pitorro (duro o blando) en la parte superior, del que el bebé puede succionar. Se puede sacar la válvula inferior para facilitar la salida de la leche y volver a colocarla cuando el niño aprenda a succionar del adaptador del vaso. Es muy adecuado para bebés de cuatro a seis meses que empiezan a coger ellos solos el vaso y no aceptan la tetina.
Como en el método Kassing, hay que colocar el vaso lo más horizontal posible. Para bebés mayores que no aceptan la tetina, también se puede usar una botella de agua con pitorro de la que se venden en los supermercados.
Si tienes dudas sobre cuál es el método más adecuado para ti y tu bebé, puedes contactar con los grupos de apoyo donde una asesora de lactancia te aconsejará. Puedes acceder haciendo clic aquí. Además, en la web de Alba Lactancia Materna tienes dibujos de todas las técnicas, para facilitarte su entendimiento y su práctica.
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Técnicas alimentarias compatibles con la lactancia materna I – Técnicas alimentarias compatibles con la lactancia materna II – Técnicas alimentarias compatibles con la lactancia materna IV