Con la llegada de las vacaciones de verano, se producen noticias trágicas que causan un gran dolor y sufrimiento. Sin duda, cada año, somos testigos de casos de ahogamientos en verano. Pues bien, una niña de 9 años murió ayer mientras se bañaba en una poza en la localidad cántabra de Ruente. La pequeña estaba jugando con otras niñas que pidieron ayuda, sin embargo, cuando acudió el personal de emergencia, la niña ya estaba muy débil y murió de inmediato.
La niña quedó atrapada en una rejilla cerca de la tubería utilizada para dar servicio a la piscifactoría. Este tipo de casos, lejos de generar la voz de alarma, deben servir de reflexión para la prudencia. En primer lugar, los niños tienen que ir a la piscina acompañados por adultos. Por otra parte, aunque en toda piscina hay un socorrista encargado de velar por la seguridad de todos los nadadores, es aconsejable que los padres estén al tanto de sus hijos para poder saber que están bien.
Por otra parte, también es adecuado que los niños, desde muy pequeños, acudan a cursos de natación para aprender a nadar muy bien. Para finalizar, es indispensable que los peques cumplan con la seguridad de poder utilizar manguitos o flotador. El agua es una forma de ocio y de diversión excelente para el verano, pero el agua también tiene sus peligros. Por ello, este verano, mucha atención con los niños en la playa, en el río, en la piscina y también, en las piscinas caseras que aunque parecen muy seguras también tienen sus riesgos.
Ayer, tristemente, una niña de 9 años perdió la vida en una poza en Cantabría. Un duro golpe para todos los vecinos y familiares de esta pequeña que ya descansa en paz.
Imagen y más información: ABC