Vamos, terminemos con los consejos para que nuestros pequeñines se tomen las medicinas a tiempo y sin problemas.
- Conciénciale de la importancia de tomarla: todos actuamos mejor cuando sabemos que lo que sigue a esa conducta que debemos realizar es algo bueno. Por ello, explícale los beneficios que va a obtener gracias a la medicina como que se va a sentir mejor, que podrá jugar…
- Crea un momento agradable tras la ingesta: “prémiale” si toma la medicina en su momento y sin alboroto. Por ejemplo, déjale ver los dibujos que le gustan, quédate a jugar un rato con él, léele un cuento o dale una chocolatina (si su salud se lo permite). Algunos padres creen erróneamente que los hijos deben hacer las cosas bien por naturaleza. Nada más lejos de la realidad; para que ellos comiencen a hacer lo que deseamos, al menos en un primer momento, hay que roforzarles dichas conductas (y éste es el caso).
- Acompaña la toma con un elogio: un simple “qué bien te lo has tomado” o “qué contentos estamos contigo” es una importante muestra de reconocimiento para tu pequeño. A este tipo de conductas se le denomina reforzadores sociales y, además de reforzar la conducta, mejorarán la relación con tu hijo a través de las muestras de afecto.
- Controla las emociones negativas del pequeño y las tuyas propias: intenta que no haya gritos ni momentos de ira. Es preferible darle un respiro de cinco minutos y posteriormente ofrecerle la medicina, acompañada de abrazos y palabras dulces.
Tanto los niños como los adultos han de asumir un papel “activo” en el tratamiento de sus enfermedades. Pero, en el caso de los niños, hay que plantearlo de forma lúdica. Para ello, pon una tabla a modo de registro en un lugar accesible para el pequeño. Ahí pegará una pegatina bonita y llamativa cada vez que tome una dosis de medicina. ¡Pero solo si lo hace justo cuando le corresponde tomarla!
Imagen: nosotros2