Los especialistas alertan de la necesidad de mantener hidratados a los niños durante los viajes largos. Al parecer, la mayor parte de las deshidrataciones que se producen en los desplazamientos por carretera, se deben a descuidos.
Aunque los pequeños no pidan beber, los progenitores deben andar vigilantes y atentos y ofrecer agua a los críos con mucha asiduidad. Un estudio realizado ha puesto de manifiesto que los niños se deshidratan con mayor facilidad que los adultos durante los viajes largos y que esta situación puede evitarse con un acto simple y sencillo: darles agua y zumos y asegurarse de que nuestros hijos beben con frecuencia.
Además de esta sencilla medida, los pediatras alertan del peligro que el calor puede conllevar para nuestros pequeños. Así, cuando vayamos a iniciar nuestro viaje de vacaciones, debemos vestir a los chavales con ropa cómoda y holgada, a ser posible de tejidos naturales que favorezcan la transpiración.
Del mismo modo, debemos asegurarnos de una perfecta climatización del vehículo, para que los niños no pasen calor. Además procuraremos cambiar los filtros del aire acondicionado del coche, para evitar problemas respiratorios y complicaciones derivadas de la presencia de ácaros.
Por último, debemos recordar que no se deberán dejar dentro del coche ni a las mascotas ni a los niños, aunque sea por espacios cortos de tiempo. La temperatura de los coches cerrados puede aumentar en más de diez grados en solo unos cuantos minutos, poniendo en peligro la vida de quienes se hayan quedado dentro del vehículo.
Imagen: Koalas Kamikazes
El mantenimiento de una buena hidratación puede ayudar a reducir la fatiga en la carretera durante largos viajes, no sólo en los mayores que son los que conducen sino también en los niños y los demás pasajeros.