La depresión de entrada parece que es un problema único de los adultos, sin embargo está demostrado que los niños también pueden sufrirla, y como todo, es importante detectarla a tiempo para que resulte más sencillo erradicarla.
La pérdida de un ser querido, la separación de los padres, cambios bruscos, la entrada en el colegio, la falta de atención, etcétera, son algunas de las causas que pueden desencadenar que un niño sufra depresión. Aquellos que tienen antecedentes en la familia, estarán más predispuestos que los demás, aunque esto no tiene que ser necesariamente así.
La depresión infantil, dependiendo de cada edad, puede confundirse en ocasiones con los cambios típicos que se producen durante su desarrollo. A medida que crecen los peques sufren cambios y tienen etapas en las que están especialmente irritables y se comporta de forma diferente, pero no deja de ser algo normal que termina pasando. El problema está en cuando ese estado se prolonga durante largo tiempo, es entonces cuando, si no se está seguro de cuál es el problema, se debe consultar con un especialista.
Uno de los síntomas más evidentes es que los niños es que cambian esa mirada que hasta el momento desprendía alegría, por una mirada triste y ausente (volvemos a hacer hincapié en que puede ser un problema cuando esto se prolonga en el tiempo, y no porque ocurra en momentos puntuales). Este síntoma siempre es más fácil percibirlo en un niño que un adulto, ya que ellos por regla general no saben aún disimular sus reacciones y en seguida se les nota cuando algo va mal.
Nosotros como siempre, recomendamos que ante la duda de si un niño puede o no estar pasando por una depresión, se consulte con un pediatra que podrá orientar a los padres sobre qué hacer.
Foto obtenida de: lgsquirrel.wordpress.com.
[…] – Practicar cualquier deporte, en este caso el ciclismo, reducirá el estrés y la ansiedad, por lo que es muy recomendado para niños con bajo estado de ánimo o para los que sufren depresión infantil. […]