La pared abdominal de los bebés puede presentarse débil y a raíz de ello una pequeña sección del intestino se puede colar por alguna zona, lo que provoca que el ombligo presente un bultito que puede ser mayor o menor dependiendo de cada caso. Hay veces que a simple vista ni se aprecia.
El síntoma más evidente es que se notará una pequeña hinchazón en el ombligo del bebé. Las hernias ubilicales no son dolorosas, por lo que no supondrá un problema para el niño.
Por regla general, las hernias umbilicales se disuelven sin tener que hacer nada durante los primeros meses de vida del bebé. No se suele administrar ningún tratamiento durante los primeros años, y en el caso de que sobre los 4 años persista, puede ser posible entonces que se recomiende una cirugía.
El remedio casero más habitual es colocar una faja o cualquier otro elemento (esparadrapos, vendas, etcétera) sobre la hernia con la intención de que se vaya introduciendo hacia dentro. Sin embargo esto no debe hacerse, a no ser que el pediatra lo haya especificado, como con todo lo relacionado con la salud, recomendamos una y otra vez no tomar medidas sin haber consultado previamente con el médico.
Como decíamos las hernias umbilicales son indoloras y no suelen traer complicaciones, sin embargo en un porcentaje muy bajo se podría dar el caso de estrangulamiento del tejido del intestino, algo que habrá que tratar rápidamente. Por tanto, si se aprecia que el niño llora desconsoladamente, está irritable, y muestra molestias abdominales, habrá que ir al médico o a urgencias para salir de dudas y asegurarse de que todo va bien. Volvemos a hacer hincapié es que es muy raro que una hernia ubilical llegue a estrangularse, de manera que no hay que alarmarse si el niño las tiene.
Foto obtenida de: lookfordiagnosis.com.