¿Trabajar siendo niño? Existen situaciones que siempre despiertan cierta polémica. Es el caso de los niños que trabajan en la infancia, por ejemplo, ejercen como modelos de publicidad, en catálogos de moda infantil o también, trabajan como actores en series de televisión. En este sentido, siempre se somete al niño a un estrés para el que tal vez, no está preparado, simplemente, porque la vida de un niño de esa edad, implica ir al colegio, hacer los deberes… Y en cambio, aquellos niños que también trabajan tienen que hacer mucho más esfuerzo por compatibilizar trabajo y estudios y no bajar en su rendimiento académico.
En muchos casos, son los padres quienes ponen unas expectativas en sus hijos. Es decir, quieren tener un niño artista, y proyectar sus propios sueños en la nueva generación familiar. Lo ideal es recordar que los niños tienen derecho a ser ellos mismos y a elegir qué camino quieren tomar en su vida. Por ello, tampoco tienen que renunciar a su espacio para juegos y para el recreo.
Existen niños con talento. Eso es cierto. El debate surge en relación precisamente, con qué se debe hacer con dicho talento. ¿Potenciarlo desde la niñez y exponerlo públicamente, o cultivarlo a través de la formación para que el niño pueda trabajar en ese plano cuando sea mayor? Los padres como tales deben proteger a los hijos. Y la función de un niño no es la de trabajar y ganar dinero sino la de estar con sus amigos, ir a la escuela y estar con la familia.
Es decir, los niños que empiezan a trabajar antes de tiempo, se integran demasiado pronto, es un mundo de adultos.
Imagen: The Reader Corner