Hablar de los “niños malcriados” puede traer controversia ya que mientras unos opinan que hay que darles todo a los niños, otros creen que todo lo que le puedan ofrecer a sus pequeños es poco y que con mucho amor se soluciona cualquier cosa. Cada uno es libre de pensar en qué lado está y cómo actuar.
Es habitual especialmente en los últimos tiempos ver cómo los niños montan una pataleta a la primera de cambio cuando no consiguen lo que quieren. Los más pequeños intentan ver hasta dónde son capaces de llegar, y los más mayorcitos lo harán porque están acostumbrados a salirse con la suya. Hay que aclarar que estos niños no son mejores ni peores, simplemente no saben cómo hacer las cosas sin formar un espectáculo, ni saben que no siempre pueden ganar.
Para evitar que se catalogue al peque como un niño malcriado, hay que educarlos desde pequeñitos, cosa que para nada está reñida con darle todo los mimos y el amor que necesitan de sus padres. A los niños se les pueden ofrecer muchos premios, sin necesidad de que éstos tengan que ser materiales, como pasar la tarde jugando con ellos, ir al parque, preparar una excursión, etcétera.
Para educar a los niños hay que darles instrucciones de forma tajante, darle las pautas que deben seguir para hacer lo que se les pide, y dirigirse a ellos con autoridad… lo que no está reñido con tratarlos con cariño y respeto. Hay que enseñarlos desde pequeñitos a valorar las cosas y explicarles que no van a ser más felices porque le estén constantemente comprando juguetes nuevos.
Si estos niños, tienden a explotar a la primera de cambio cuando no se salen con la suya, más aún lo harán si hay más gente por medio, por ello las peores pataletas las suelen montar en los lugares públicos, ya que saben que es la mejor forma de que finalmente consigan lo que quieren. Especialmente en esos momentos, los padres deben ser más duros y no satisfacer el deseo del niño que a esas alturas ya se ha convertido en exigencia.
Foto obtenida de: mymommymanners.com.