Hacia los 8 meses la mayoría de los bebés sufren una etapa de angustia cuando alguien a quien no conoce se les acerca y les habla, es una etapa totalmente normal, ellos se esconderán de los extraños y no querrán separase de los padres. Esto con el tiempo va pasando, hasta que empiezan a ser conscientes que la separación es temporal, y que papá y mamá siempre vuelven.
La timidez se convierte en “problema” cuando los niños crecen y siguen sintiendo esa necesidad de estar constantemente con los padres. Las causas pueden ser diversas, y las más comunes son:
– La sobreprotección. Si los padres están constantemente pensando en que algo le va a ocurrir al niño y se lo transmiten, ellos crecerán con miedos. Igualmente ocurre si los padres resuelven todos los pequeños problemas que les pueden surgir (esto se hace con la mejor intención, sin embargo hay que dejar a los niños que se enfrenten y resuelvan las situaciones que se les vayan presentado siempre que sea posible).
– Padres muy exigentes que no dan mucha tegua y quieren que sus hijos hagan todo a la perfección. Los niños tienen que equivocarse y cuando lo hacen no se les debe presionar, esto tan solo les creará temor, e intentarán no enfrentarse a las situaciones para no “hacer las cosas mal” y evitar posibles reprimendas.
– Falta de contacto con otros niños de su edad. A los niños que durante los primeros años no han estado junto a otros de su edad, les cuesta más después hacerlo, la timidez en este sentido salta especialmente en el momento en el que se ven solos por primera vez con un grupo de niños.
– Falta de seguridad afectiva. Es más fácil que la timidez persista cuando en el hogar existe una falta de seguridad y protección. Si el niño crece con seguridad y se siente protegido le resultará más sencillo desenvolverse en el mundo exterior.
Foto obtenida de: specialneeds.com.