Anteriormente dábamos los primeros conceptos que los peques deben saber para aprender a montar en bicicleta. Hablábamos de que deben comenzar controlando las ideas de dirección y de pedalear, hoy continuaremos con el equilibrio.
El equilibrio es lo que más complicado les va a resultar a los niños, siempre a unos les costará más que a otros cogerle el punto, pero finalmente todos, con un poco de constancia, lo terminan consiguiendo. En los comienzos, cuando utilizan los ruedines, les resultará sencillo mantenerse sobre la bici, el problema surge cuando se quitan esas ruedas de iniciación. Para que aprendan a mantener el equilibrio, se puede optar por quitar también los pedales, de esta forma solo se concentrarán en conseguir estar estables sobre la bicicleta. Sin pedales, el niño tendrá que propulsarse apoyando los pies en el suelo y levantándolos después para avanzar. Probablemente en un rato tendrán controlada la idea de equilibrio.
Cuando el niño sea capaz de propulsarse y mantener el equilibrio, habrá que ir a la segunda parte… colocarle los pedales. Para comenzar el adulto puede agarrar el manillar y el sillín, utilizando una mano para cada uno. A continuación el niño colocará los pies en los pedales, el adulto soltará el manillar y desde el sillín le dará un leve empujón. Como en principio va a ir muy despacio (las primeras veces se limitará a irse hacia un lado simplemente y plantar el pie en el suelo) el padre o la madre podrá ir justo detrás para volver a agarrar el sillín y estabilizar la bicicleta en el caso de que el niño pierda el equilibrio.
Hay que prestar atención al sitio que se va a escoger para que el niño aprenda a montar en bicicleta. Lo idóneo es que sea llano y un lugar por el que no haya mucho transito de personas, ya que si además de intentar controlar la bici tiene también que estar atento de esquivar a la gente, se agobiará aún más.
Foto obtenida de: balancebiketrainer.com.