La diabetes es una enfermedad que, durante el embarazo, debe también controlarse en las unidades de alto riesgo. La diabetes suele aparecer por un problema del páncreas, el órgano encargado de fabricar insulina con el fin de mantener los niveles de azúcar en sangre adecuados. Estos pacientes deben inyectarse a diario insulina y controlar su dieta. Pero, ¿qué ocurre cuando la mujer se queda embarazada? Pues el embarazo implica un cambio en el metabolismo, por lo que las pacientes han de adaptarse a unas nuevas pautas de insulina y una modificación en su alimentación. Durante la gestación, pueden seguir utilizando insulina y, en caso de una bajada de azúcar, no deben temer por el bebé, porque no les suele afectar.
Por otro lado, algunas mujeres sanas padecen diabetes gestacional, que se manifiesta sólo durante el emebarazo y, por tanto, tras el parto suele desaparecer. Este tipo de diabetes provoca detos grandes que pueden generar problemas durante el parto. Pero con un buen control ginecológico y endocrino, la mujer no tiene por qué no tener un buen embarazo y un buen parto.
La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa se caracterizan porque los pacientes sufren diarreas, dolor abdominal y vómitos. Cuando una mujer emnbarazada padece este tipo de enfermedad inflamatoria intestinal, se vigila, sobre todo, que no sufra diarreas y mala absorción de los alimentos, para evitar la desnutrición. Si está bien controlada no afecta al desarrollo del feto. Siempre se intenta que el embarazo llegue a término y, cuando existe afectación en la zona perineal, lo más frecuente es que se programe una cesárea en lugar de un parto vaginal, ya que podría aumentar los problemas en esa zona.
Otra patología que también se aborda en las consultas de alto riesgo es el lupus. Se trata de una enfermedad autoinmune y crónica que produce inflamación en los tejidos y que genera crisis; es decir, puede estar silente y de repente aparecer. Por eso, los expertos aconsejan que las embarazadas con lupus eviten tomar el sol de forma directa, ya que les puede ocasionar lesiones en la piel producidas por una reacción a la luz solar. Para controlar la enfermedad y llevar a término el embarazo, los médicos suelen prescribir a la embarazada antiinflamatorios y corticoides, según cada caso.
En definitiva, cada diagnóstico requiere un tratamiento específico, pero, lo que en un primer momento puede alarmarte, con un exhaustivo seguimiento médico, manteniendo unos saludables hábitos de vida y disfrutando de mucha tranquilidad, tu gestación tendrá un final feliz. Seguro.
Imagen: wavebreakmedia
Controlar los embarazos de alto riesgo I – Controlar los embarazos de alto riesgo II