Después de hablar de la bicicleta, no podemos dejar de lado otra forma de que los peques vayan sobe ruedas, por ejemplo en patines.
El patinaje, también aportará un buen número de beneficios en el niño. De entrada aprenderán a mantener el equilibrio, a tener un control de su cuerpo para propulsarse y para alcanzar velocidad, etcétera.
Como decíamos en el patinaje el niño aprenderá a controlar todo su cuerpo y coordinarlos, y también deberán aprender a resolver rápidamente las situaciones que le vayan surgiendo. Y es que, saber responder con la parte del cuerpo adecuada en el momento justo, es algo imprescindible, por ejemplo cuando se pierde momentáneamente el equilibrio.
Al igual que la bicicleta, los patines también serán una buena forma de que el niño se relacione y haga vida social, mientras se divierte. Como todo va encadenado, eso les llevará a querer pasar más tiempo en la calle, por lo que pasarán menos tiempo delante del televisor, el ordenador, o la consola.
Otros beneficios que va a aportar el patinaje al niño, son por ejemplo: fortalecerán los músculos de las piernas, mejorará su resistencia física, quemarán calorías, potenciarán la concentración y sincronización, etcétera. También hay que destacar que resultará perfecto para niños estresados, apáticos, o con depresión infantil.
La edad a la que el niño puede empezar a patinar, como con la mayoría de estas cosas, dependerá de unos a otros, aunque por regla general la edad óptima se considera alrededor de los 4 años. Sobre esta edad, es posible que el niño ya esté interesado en calzarse unos patines, pero si no lo está, siempre se le puede dar un “empujón” mostrándole lo divertido y gratificante que puede ser. Vale la pena motivarlos a que se animen a patinar (al igual que montar en bicicleta), ya que los beneficios son muchos.
Foto obtenida de: examiner.com.