Anteriormente hablábamos de todas las ventajas que tiene el que los niños monten en bicicleta, pero esas ventajas también son trasladables a los padres, los cuales tienen que estar en buena forma para poder seguir el ritmo de los más peques.
Por otro lado, los padres tienen que “predicar con el ejemplo”, por tanto es una buena idea que, desde muy pequeños, los niños vean que el deporte forma parte de sus vidas. El problema está en que, cuando son muy pequeños, es imposible que sigan a los padres en la bici. Pero esto tiene solución, ya que existen sillas especiales que se adaptan a la bicicleta de los papás, de manera que él irá en ella sentado mientras el adulto pedalea.
Estas sillas las hay de dos tipos:
– Las que se llevan en la parte delantera, es decir sobre la barra entre el sillín y el manillar. La gran ventaja de este tipo es que los peques podrán ir viendo todo, y además, que los padres irán más tranquilos al poder verlo constantemente.
– Las que se llevan en la parte trasera, tras el sillín. En el mercado existe un amplísimo catálogo de modelos. Lo mejor es ver todas las opciones y comprar la que más convenza, siempre teniendo en cuenta que no todas las sillas servirán para todos los modelos de bicicleta (hay un grupo de ellas que sí se podrán adaptar a cualquiera).
Otra opción es adaptar un carrito, como si fuera un remolque. Estos carritos son bastante más caros que las sillas, así que antes de comprarlo siempre es mejor asegurarse de que es lo que realmente se quiere.
Sea cual sea la opción elegida, los padres deben asegurarse de que están correctamente homologadas, siempre es mejor gastar un poco más y comprar seguridad para los niños. También hay que destacar que el niño deberá usar las medidas de seguridad pertinentes, como el cinturón que incorpora la propia silla y el casco.
Foto obtenida de: ibert-australia.com
.