Zapatos que aprietan. Si tu hijo se queja de que le aprieta el zapato que acaba de estrenar, prueba a dejarlo toda la noche relleno de trapos húmedos. Con este truco se consigue que la piel ceda un poco y así el calzado no se quede tan ajustado a su pie.
Ambientadores caseros. Llena unas manoplas o unos calcetines que a tus hijos se le hayan quedado pequeños con trozos de jabón rallados. Luego cose bien la parte abierta, para que no se salga el contenido, y colócalos donde necesites disfrutar de un buen aroma, como, por ejemplo, en un armario o dentro del zapatero.
Quitar los cabellos caídos. Si tienes una mascota en casa o simplemente estás pasando por una etapa en la que se te cae mucho el cabello, seguro que no te gusta nada ver toda la ropa, un sofá o la almohada llena de pelos. Pues para quitarlos sin problemas lo mejor es aplicar el truco de pasar un celo, en el que se quedan pegados de inmediato. También se pueden usar unos guantes de látex o los de fregar, mojados; al mover la mano en forma circular, se agrupan los pelos y se retiran con facilidad.
Pequeños artistas con la ropa. Dale a tu hijo cualquier tipo de tela: puede ser desde una sábana bajera a un body o una camiseta, y prepárale unas tapas de plástico con diferentes colores de pintura de tela (eso sí, procura hacerlo en un sitio donde no haya mucho riesgo de manchar, porque ese tipo de pintura no se quita fácilmente).
A partir de ahí puede pintar con pinceles o con sus propias manos (o incluso los pies), lo que le encantará. Luego sólo hay que seguir las indicaciones de la pintura, es decir, lavar y planchar las prendas del revés. Esta actividad entretiene, divierte y crea unos recuerdos muy bonitos. Además, ¡las creaciones son infinitas!
Imagen: comunidad.biensimple