Internet puede aportar a los niños todo un mundo de conocimientos, lo único que hay que hacer es enseñarles y marcarles las pautas para que consigan aprovecharse de todo lo que se les ofrece.
Al igual que cogen un diccionario para buscar el significado de una palabra, ¿por qué van a aprender menos si lo hacen a través de la red? Con esto no queremos decir que se sustituya ese diccionario por un ordenador, sino que hay que enseñarles a usar ambas cosas.
Que aprendan a utilizar un diccionario es algo más “sencillo” (para ellos de entrada será todo un reto), una vez que conocen las letras y su orden, poco a poco van a ir encontrando las palabras que desean. Sin embargo, el proceso de aprender a utilizar un buscador es algo más complejo. De entrada tienen que aprender a distinguir en qué páginas de los resultados que se muestran van a encontrar la información, y deberán saber que no necesariamente el primer resultado que se ofrece tras una búsqueda va a ser mejor que el que aparece en quinta posición (aunque habrá muchas veces que así será).
Para que los niños se familiaricen con este complemento de aprendizaje, lo que los padres deberán hacer es estar siempre delante cuando los peques vayan a utilizar el ordenador para “investigar”. Se le deberán dar pautas, mostrarle páginas fiables por las que ellos puedan navegar y leer los temas que están buscando, enseñarle a utilizar palabras claves en el buscador para que los resultados se aproximen al máximo a lo que realmente buscamos, etcétera.
Por supuesto, siempre es más que aconsejable utilizar algún programa de control parental para evitar que accedan a determinadas páginas o contenidos. Otra opción es utilizar buscadores específicos infantiles, de los que hablaremos en la siguiente entrada.
Foto obtenida de: sheknows.ca.