Miles de niños españoles se quedan cada día a comer en su escuela; se calcula que una media de 165 días al año. Esto hace que el comedor escolar se haya transformado en los últimos años en un referente educativo para los pequeños, con el que deben aprender a adquirir unos hábitos dietéticos saludables que les permitan mantener un estado óptimo de salud y un correcto crecimiento.
El menú escolar tiene como principal objetivo fomentar una alimentación balanceada para los niños mediante alimentos de buena calidad (de temporada), variedad de texturas, sabores y olores a través de diferentes técnicas culinarias; y el seguimiento de las recomendaciones nutricionales en cuanto a las raciones y frecuencias adaptadas según la edad, haciendo hincapié en los alimentos más rechazados durante la infancia como el pescado, las legumbres, las verduras o las frutas.
Pero, aunque el comedor escolar promociona hábitos higiénicos alimentarios y de comportamiento adecuados, los verdaderos responsables de la alimentación de los niños son los padres que tienen el deber de asegurar una buena educación alimentaria en el resto de comidas, como por ejemplo la cena.
Lo que deberían comer nuestros hijos en el colegio consiste en una adecuada frecuencia de consumos de alimentos como los que indicamos a continuación:
- Primeros platos: las legumbres, una vez a la semana, otra vez verduras (crudas, cocida o en forma de puré), en otra ocasión pasta, otro día arroz y, otra de las jornadas, patatas.
- Segundos platos: una vez pescado, una vez huevo y el resto, diferentes tipos de carne, dando prioridad en las guarniciones a preparaciones de verdura fresca.
- Postres: cuatro de los cinco postres de la semana deberían basarse en fruta, preferiblemente fresca, reservando un día para postres lácteos (yogur, cuajada, queso fresco, helado…) o postres dulces.
Como acompañamiento se debe ofrecer pan y, para beber, agua.
No olvidemos nunca la gran importancia de esta comida del medo día, que constituye alrededor del 30-35% del total de la energía diaria (es la principal ingesta del día en cuanto a calorías). Por eso, su equilibrio es esencial para el desarrollo de los niños.
Imagen: abc