Generalmente, a los niños que se quedan a comer en el colegio se les entrega una plantilla con el menú semanal para los padres; de esta forma, es sencillo comprobar que los platos servidos a los escolares se ajustan a las recomendaciones dietéticas en cuanto a raciones, frecuencia de consumo de alimentos, aporte energético y de nutrientes recomendados según la edad del niño. Pero, esto tiene un valor añadido, ya que es muy útil para los padres, debido a que les facilita el poder ofrecer cada día en casa una dieta variada y equilibrada.
La cena es la última comida de la jornada, por lo que se tiene que procurar que los niños consuman aquellos alimentos de la pirámide alimentaria que no hayan tomado en el almuerzo. También es muy conveniente que sean, además, alimentos de fácil digestión, que no perturben el sueño, como sopas, verduras cocidas, pescados o lácteos.
Por tanto, en la cena de los pequeños de la casa se puede incluir:
- Una ensalada o verduras cocidas.
- Arroz o pasta integral y legumbres o patatas, en cantidades pequeñas.
- Pescados, huevos, aves o pequeñas raciones de carne.
- Frutas enteras, ralladas, crudas o cocidas.
- Lácteos; yogur, cuajada, natillas, etcétera.
Y, al igual que en el comedor escolar, habrá que ofrecer de nuevo pan a modo de acompañamiento y agua para beber.
Consejos para planificar las cenas:
- Complementa siempre con el menú escolar del mediodía, de este modo no se repetirán alimentos ni técnicas culinarias.
- Evita aquellas combinaciones entre el primer y segundo plato que resulten de difícil aceptación para el pequeño.
- Intenta adecuar las combinaciones del primer y el segundo plato de manera que no resulten, no demasiado ligeras, ni excesivamente densas.
- Para alejar la monotonía, pon guarniciones variadas en los segundos platos: verduras, ensaladas, puré de patatas, puré de verduras, salsas ligeras…
- No te excedas con las preparaciones grasas (fritos, rebozados o empanados). Tienes otras opciones deliciosas como, por ejemplo, cocinarlos a la plancha o en papillote. Prueba a cambiar alguna vez el huevo frito por uno escalfado.
- Evita alimentos precocinados y derivados cárnicos grasos.
- Aunque en la comida tu hijo haya tomado fruta, también debes basar el postre para la cena en la fruta fresca y los lácteos sencillos. Muy ocasionalmente le puedes ofrecer dulces, bizcochos, helados, etcétera.
Imagen: babystepz